En el año de su centenario de fundación, la Corporación Multi Inversiones (CMI) salió al mercado de capitales y logró captar 700 millones de dólares en bonos verdes y 300 millones de dólares de un préstamo sindicado, que permitirán mejorar las operaciones de los proyectos de energía renovable que tienen en Centroamérica, pero también podrán financiar nuevos emprendimientos en temas como eficiencia energética, edificios verdes y en transporte limpio (que no usan combustibles fósiles).
CMI tiene su sede en Guatemala pero con presencia en 15 países, entre ellos Honduras, con una red global de 40,000 empleados. Está dividida en dos grandes segmentos, uno de ellos enfocado en el rubro alimentario, donde producen, entre otros, harina, pastas, embutidos, pollos y cerdos, pero también en el sector restaurantero (Pollos Campero); mientras que en el otro segmento está CMI Capital, cuyas inversiones se enfocan en la industria de energía renovable, desarrollo inmobiliario y bienes raíces, y la industria financiera.
En Honduras ejecuta proyectos de producción avícola y en restaurantes pero también en energía renovable, particularmente eólica, en el parque del Cerro de Hula, donde se dio una inversión inicial de 300 millones de dólares; pero también en Choluteca, donde mantiene plantas de generación solar, con una apuesta de 210 millones de dólares para tener una capacidad de generación de 200 megawatts.
De manera global genera unos 800 megas de energía renovable en proyectos asentados, además de Honduras, en Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Guatemala y República Dominicana.
En conversación con Diario El País, Aldo Vallejo, director de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de CMI, explicó que con los recursos obtenidos se va a reestructurar deuda en todos los países para generar mayor eficiencia y optimización del portafolio de inversiones en energía renovable.
Otra parte importante de esos fondos se destinarán a nuevos proyectos que se irán eligiendo paulatinamente, específicamente en eficiencia energética, edificios verdes y en transporte limpio, sobre todo en movilidad eléctrica, dijo Vallejo.
El camino para acceder a ese billón de dólares (entre bonos y préstamo) fue largo y se tuvo que someter al escrutinio de calificadoras de riesgo como Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s, además de continuas rondas de análisis con más de 200 inversores, de los cuales 140 dispusieron poner su dinero en la región. De estos, el 56 por ciento son de Estados Unidos, 30 por ciento de Europa, 12 por ciento de América Latina y un 2 por ciento de Asia.
RETOS A SUPERAR
Honduras recibirá parte de esos recursos a través de los proyectos existentes en Francisco Morazán y Choluteca, pero también no se descarta ser parte de las nuevas iniciativas que se desarrollen. Sin embargo, los ejecutivos de CMI están conscientes que hay retos a superar.
“El punto fundamental para seguir atrayendo estás inversiones es certeza jurídica, reglas claras que no se estén cambiando cada cierto tiempo, que se mantenga una institucionalidad sólida, autónoma, apolítica, un sistema institucional que permita al sector eléctrico ser competitivo y que logre su objetivo de llevar electricidad barata y limpia a los consumidores”, refirió Vallejo.
Recomendó seguir con la ruta trazada por el último acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional, que incluye el compromiso de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) de pagar a los generadores en un plazo de 45 días y la escisión de la estatal eléctrica en tres entidades para maximizar su eficiencia, pero también la garantía de que esos puntos serán respetados por el gobierno que asuma en enero próximo.
Sin embargo, desde ya no se están cumpliendo pues la ENEE ha dejado pasar seis meses desde el último pago, al grado de acumular una deuda de 7,000 millones de lempiras; y la escisión no se ha ejecutado, lamentó.
Insistió en que se debe dar confianza al inversionista, lo que pasa por el hecho de que la ENEE pague sus deudas a tiempo, que haya transparencia en la contratación de más energía, y también en la eficiencia y competitividad que se debe reflejar en la disminución de pérdidas en la distribución de energía.
“La responsabilidad del sector es demostrar confianza, transparencia, eficiencia y competitividad, demostrar que se pueden pagar las facturas, porque si no se pagan las facturas y siguen habiendo pérdidas y no hay un sistema transparente entonces las inversiones que hoy confiaron ya no van a repetirse o se van a ir”, concluyó el ejecutivo.
¿QUÉ SON BONOS VERDES?
Son aquellos recursos destinados a financiar proyectos con sostenibilidad ambiental. Por ejemplo: energía renovable, eficiencia energética, control de toda clase de contaminantes, agricultura sostenible, conservación de la biodiversidad, protección de fuentes de agua y manejo de aguas residuales, edificios ecológicos y transporte limpio, entre otros.
«La mayor cantidad de fondos levantados van a ir a colocarse en los proyectos de energía renovable ya existentes en Honduras, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Dominicana. En total, en esos países, tenemos aproximadamente 800 megas de capacidad, con los cuales, en promedio, se evita emitir un millón de toneladas de CO2 al ambiente, y con esto se contribuye a luchar contra el cambio climático”. Aldo Vallejo, director de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de CMI
Fuente El País